En Popayán, se puede hablar fácilmente de representaciones simbólicas que están presentes en los imaginarios sociales, se pueden encontrar unas de carácter estático y atemporales como aquellas que son de índole arquitectónico y plano espacial, otras que son tradicionales y mixturadas como la gastronomía, también diversas como la flora y la fauna, singulares como la música y el folclor, autóctonas como el acervo de los pueblos indígenas y una variedad de dinámicas donde las multiculturas habitan e interactúan en un mismo territorio.

De esta manera el proyecto nace a partir de una pregunta sencilla de formular pero compleja a la hora de responder, ¿porque no hay un imaginario social tipográfico en la ciudad?

De todos los objetos cotidianos, las letras son posiblemente los que más a menudo empleamos inconscientemente (Unger, 2012, Pág12)

quizá esta afirmación responde la pregunta anterior y se podría dar una hipótesis de que la letra en la ciudad de Popayán a quedado en un plano de usabilidad. Por otro lado se considera que la ciudad tiene elementos particulares de la letra, y en dicha usabilidad empleada posibilita dar un pequeño paso de investigación y así mismo reconocer que involuntariamente hay un capital visual y cultural tipográfico en la ciudad y este proyecto busca fortalecer estos elementos.

¿Por qué hacer esto hoy?

En la actualidad se pueden ver múltiples imaginarios y representaciones las cuales podrían definirnos como ciudad, pero no hay ninguna que hable de la letra como identidad, contemplando en ella y su acción, la escritura, un código que potencializa la memoria que la sociedad construye a través de la comunicación. 

La letra en la ciudad de Popayán, se fue adaptando al pasar de los años, junto con los procesos evolutivos de nuestra vida en la sociedad y cultura, y a pesar de que la tipografía viene del exterior se ha aprendido a adaptarla a nuestras necesidades, a que se hace referencia con este comentario; no se debe olvidar que la tradición tipográfica que ahora se utiliza hace parte de una herencia que se concibió principalmente en Alemania, Italia, Francia, Holanda, Suiza e Inglaterra.

¿Qué implica hablar de tipografía?

Implica conocer sobre liderazgo económicos, persecuciones religiosas, intercambios e influencias culturales, estilos, copias e inescrupulosos plagios. Se destaca que desde mediados del siglo pasado se ha visto una actividad de diseñadores quienes formados en Europa y Estados unidos, fueron complementando el trabajo de letristas, personas que se dedicaban a las artes gráficas y dibujantes ayudándolos a publicar libros, elementos publicitarios, revistas entre otros, en Latinoamérica aún no se daban las condiciones estables para la producción tipográfica como una actividad sostenida, partiendo del referente inmediato a los tipógrafos de Holanda los cuales con su diversidad e ideas de alta calidad han generado una tradición tipográfica que se ha protagonizado a nivel internacional.

ahora, con el surgimiento de programas académicos en América Latina para especializarse en diseños de alfabetos, las perspectivas de continuidad de este noble oficio invisible y su inserción en medios profesionales latinoamericanos, resultan prometedoras y halagüeñas (Locenso,2014)

Es así como se inicia este proyecto tipográfico en año 2017, en donde se reconoce que la letra no solo funciona como texto sino también como imagen, aquí, como en cualquier otra parte del mundo la letra está presente en todos lados, es omnipresente, como concepto (lenguaje) y como forma. La letra se puede ver en las calles, en las tiendas, en los anuncios, los volantes, las casas, en los trabajos del colegio y en un sinfín de soportes, por lo cual estamos en constante uso y visualización de ella.